En esta jornada, no solo vamos a ver la parte lucense del cañón del Sil. Antes de cruzar el Sil para entrar en la provincia de Lugo, vamos a ver en Orense el pueblo más bonito de la Ribeira Sacra, Castro Caldelas, y uno de los mejores miradores de la zona, el Mirador de As Penas de Matacás.
Al final del artículo te dejo un mapa con todos los puntos de interés (los de este día aparecen en color morado). En él, puedes marcar y desmarcar el día de ruta que te interesa ver.
Índice de contenidos
Fervenzas do Cachón
De camino a Castro Caldelas, paramos en las Cascadas de Cachón. Un pequeño paseo de 10 minutos por una zona boscosa preciosa nos lleva hasta la base de las cascadas, cuya cascada más alta mide 6 metros.
Como en otros senderos que recorrimos ayer, el camino en sí mismo es una maravilla, independientemente del caudal del río. Pero esta primavera ha llovido mucho y tenemos la suerte de ver la cascada en todo su esplendor.
Castro Caldelas
Castro Caldelas tiene el honor de haber sido reconocido por la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Es un pueblo medieval con calles empedradas, que conserva un cuidado casco histórico, declarado conjunto histórico artístico, y un castillo del siglo XIV. Aunque nos pareció un pueblo que sí merece una visita, si estás por la zona, no nos ha parecido tan sumamente bonito como otros pueblos reconocidos por esta asociación.
Aparcamos en la Plaza del Prado, desde donde se entra al casco histórico. Las calles más pintorescas son las que suben hacia el Castillo y luego hacia la parte alta del pueblo. Ascendemos hasta el cementerio y llegamos al Esgrafiado de la Plaza de la Torre. Como proyecto de embellecimiento del Consorcio de Turismo, se ha realizado un mural contemporáneo con la técnica tradicional del esgrafiado. En él está representada la procesión de los Remedios y la fiesta de los Fachós, ambas fiestas populares de la zona.
Descendemos por otra de las calles que nos llevan hasta el Castillo de los Condes de Lemos.
Castillo de Castro Caldelas
Este castillo fue construido en el siglo XIV, por orden de Pedro Fernández de Castro, aunque en el siglo XV fue destruido parcialmente durante la Revuelta Irmandiña y reconstruido después.
En la puerta de acceso al castillo pueden verse los escudos de los Condes de Lemos. Tras traspasarla, entramos en el patio de armas donde encontramos un aljibe y un horno alfarero.
El castillo tiene una doble muralla. Desde el patio de armas podemos subir a lo alto de la muralla interior y rodearla.
El recorrido marcado en el suelo del castillo nos lleva a entrar a la Torre del Homenaje, desde donde se obtienen unas buenas vistas del pueblo y del resto del castillo. También se accede a la Torre del Reloj, que conserva su maquinaria, la cual puedes ver.
En el siglo XVI, el castillo se transformó en Palacio y actualmente alberga el Museo Etnográfico, con salas de exposiciones repartidas por todo el interior del castillo. Lo más curioso es la máscara del Irrio Peliqueiro, una máscara tradicional de la localidad, protagonista en las fiestas de Nuestra Señora de los Remedios.
🕒 Horario: todos los días. De marzo a octubre: 10:00-14:00 h y 16:00-20:00 h. De noviembre a febrero: 10:00-14:00 h y 16:00-18:00 h.
💰 Precio: 2 euros.
Otros lugares interesantes que visitar en Castro Caldelas son la Iglesia parroquial de Santa Isabel y San Sebastián, y en la parte baja del pueblo, el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios.
Mirador de As Penas de Matacás
A 15 minutos de la localidad de Castro Caldelas se encuentra este mirador, que consta de una impresionante pasarela sobre el río a más de 500 metros de altura.
Está situado sobre los embarcaderos de Abeleda y de Doade.
Continuamos el camino, en dirección a la ribera lucense, y cruzamos el puente sobre el Sil, parando brevemente a ver el Embarcadero de Doade. Desde aquí salen los catamaranes de la Diputación de Lugo, que te contaba en el primer post de Qué ver en la Ribeira Sacra en dos días.
Mirador de Souto Chao
Desde que entramos en la provincia de Lugo hasta llegar a este mirador, toda la montaña está llena de vides.
Este mirador nos sorprendió mucho, ya que es totalmente diferente a los demás. Se encuentra en un saliente del terreno en el que están plantadas vides. Tiene una panorámica muy extensa de la plantación en las laderas próximas, ofreciendo una excelente oportunidad para apreciar el cultivo en terrazas de los viñedos. Al lado del mirador, hay una escultura dedicada los vendimiadores.
La distribución de los viñedos en terrazas, para poder salvar la pendiente del terreno, hace que el trabajo de los vendimiadores sea totalmente manual, salvo algunos raíles que se usan para trasladar cajas. Además, moverse por el terreno resulta un trabajo de alto riesgo, sujetándose en ocasiones por arneses. Esto se conoce como viticultura heroica.
Mirador de Pena do Castelo
Llegar a este mirador para nosotros fue una auténtica tortura, porque aunque sabía que era complicado, no encontrábamos el camino. Intentamos acceder desde el camino que marca Google Maps, uno que sale unos 300 metros antes del mirador de Souto Chao. Sin embargo, por ahí el camino es mucho más complicado y no parece que fuera a ningún sitio.
Para llegar a este mirador, debemos coger una carretera que sale unos metros después de las bodegas Petrón, a la derecha, antes de llegar a las bodegas Adega Algheira. El camino es bastante estrecho, no pudiendo pasar dos coches, y el firme no está en muy buen estado, pero se puede llegar justo hasta el mirador en coche. Si se prefiere dejar el coche en la zona de las bodegas, habrá que caminar 1,5 kilómetros hasta allí (20 minutos aproximadamente). En el mapa al final de la página te dejo marcado por dónde llegar.
Este mirador está situado a 600 metros de altura, al lado de una pequeña capilla, siendo su fotografía una de las más típicas de la Ribeira Sacra.
Aunque estos últimos miradores son bonitos, nos ha parecido más espectacular la parte del cañón de la provincia de Orense.
Teníamos pensado ir al Mirador da Cividade, pero habíamos perdido tanto tiempo, que ya solo pudimos ir a Monforte de Lemos antes de volver a nuestra casa.
Monforte de Lemos
Monforte de Lemos es el pueblo más importante de la Ribeira Sacra. Llegamos allí a la hora de comer y al dirigirnos al centro, pasamos con el coche por un descomunal edificio, muy bonito, que aunque parezca mentira es un colegio, los Escolapios. Visitarlo es bastante complicado, ya que solo hay visitas guiadas algunas épocas del año.
Aparcamos el coche en la Plaza Campo de San Antonio, ya que íbamos a intentar comer en el Trespés Comidas e Petiscos, pero sin reserva previa fue imposible. Al final acabamos comiendo en Adega do Carlos, un bar sencillo, con comida muy bien cocinada, barato y con un dueño muy simpático.
Tras comer fuimos hacia la Plaza de España y subimos por sus escaleras para adentrarnos en el barrio judío.
Subimos por una de sus calles, la de Zapaterías, hasta el Castillo, construido en el siglo XII.
Del castillo solo se conserva la Torre del Homenaje y parte de las murallas. Nosotros no pudimos entrar, ya que en esos momentos estaba cerrado. Puedes consultar sus horarios aquí.
Junto al antiguo castillo se encuentra el Monasterio de San Vicente del Pino y el antiguo Palacio Condal, los cuales conforman el actual Parador de Turismo.
El edificio que vemos en la actualidad es de estilo barroco neoclásico y procede del siglo XVI. Entramos en el interior para ver su maravilloso claustro, que nos pareció muy bonito.
Volvemos hasta la parte baja de la ciudad, pasando por la Puerta de la Alcazaba, y bajando luego por una de sus calles más bonitas, la de Abelardo Baanante.
Desde allí, volvemos a nuestro coche, parando antes a ver el puente romano, llamado así porque originariamente había un puente romano, aunque el actual es del siglo XIV.
Y hasta aquí nuestro fin de semana en la Ribeira Sacra. Realmente creo que lo recomendable sería pasar mínimo 3 días. A nosotros nos han faltado muchas cosas por hacer: ver una bodega, dar un paseo en catamarán, ver mayor zona del cañón en la provincia de Lugo…
Pero si pudiéramos cambiar algo de lo que hemos hecho, prescindiríamos de la visita de los pueblos y le dedicaríamos más tiempo a hacer más rutas de senderismo. Visitar algún pueblo era algo que había que hacer, y aunque tenían encanto, no nos han parecido totalmente indispensables. Sin embargo, el paisaje de la Ribeira Sacra, sus bosques, no solo sus miradores, es una auténtica maravilla.
