Si tienes pensado visitar Escocia, una parada obligatoria es el majestuoso Castillo de Stirling, ya que es el castillo de mayor relevancia histórica de Escocia.
Localizado en lo alto de una colina de origen volcánico, ofrece una excelente panorámica para controlar el cruce del río Forth, justo en la zona fronteriza entre las Tierras Altas y las Tierras Bajas de Escocia. Tanto ha sido su importancia, dada su localización estratégica, que se decía que quien poseyera Stirling tenía la llave de Escocia.
Elegante y señorial, merece la pena muchísimo su visita, ya que es uno de los castillos más bonitos que hemos visto en Escocia. Su palacio renacentista, decorado para demostrar la riqueza y el refinamiento de los Estuardo, es una maravilla.
Al final del artículo tienes un mapa con los puntos de interés.
Índice de contenidos
Cómo llegar al Castillo de Stirling
🚗 En coche: A 1 hora desde Edimburgo (65 km)
🚄 En tren: 50 minutos desde Edimburgo (estación de Waverley). Salen cada 30 minutos. 15 minutos andando desde la estación de Stirling al castillo. Precio: 11,70 £.
Breve historia del Castillo de Stirling
Aunque se cree que ya hubiera algún tipo de fortificación desde la prehistoria, las primeras referencias al Castillo de Stirling datan del 1110 d.C. Este castillo tuvo una importancia vital durante las guerras de independencia de Escocia contra Inglaterra (1296-1356), ya que en esta zona tuvieron lugar dos batallas de gran relevancia para la independencia de Escocia: la Batalla del puente de Stirling (1297) liderada por William Wallace y la Batalla de Bannockburn (1314) en la que Robert The Bruce derroto al rey Eduardo II y recuperó el castillo que los ingleses habían tomado.
Así, este castillo se convierte en un icono de la nación y la mayoría de los reyes Estuardo lo eligieron como residencia hasta principios del siglo XVII, momento en el que las coronas escocesas e inglesas se unen bajo el mandato de un mismo rey, aunque se mantienen como naciones independientes. Durante esos siglos se construyeron las edificaciones más importantes del castillo, en estilo renacentista, tratando de dar esplendor a la residencia real: el Gran Salón, el Palacio Real y la Capilla Real, todas del siglo XVI.
Otro acontecimiento relevante en la historia del castillo, ocurrió durante el levantamiento jacobita de 1745, en el que Bonnie Prince Charlie intentó tomar sin éxito el castillo controlado por los ingleses. Desde entonces, el castillo funcionó como cuartel militar hasta 1964, siendo del siglo XIX los polvorines situados en la muralla inferior.
Qué ver en el Castillo de Stirling
La entrada del Castillo de Stirling está presidida por las esculturas de los dos personajes más ilustres de éste: William Wallace y Robert The Bruce.
Tras traspasar las defensas exteriores del castillo, verás otra muralla interior. Entre ambas, está el Jardín de la Reina Ana, al que se puede entrar por la parte inferior. Desde el paseo de la muralla exterior hay una vista maravillosa del Old Town Cementery y la Holy Rude, de los que te hablaré más tarde, y de todo el castillo en su conjunto. Hay, también aquí, una zona de exposición del castillo.
Desde el patio exterior se puede acceder al Palacio Real, a las Criptas y a las Grandes Cocinas. También se encuentra aquí la Gran Batería de cañones y el acceso al paseo de la muralla, con grandes vistas a la ciudad que te ayudarán a entender por qué este castillo tenía una situación estratégica privilegiada.
Las dos edificaciones que se ven en el patio exterior son el Palacio Real, a la izquierda, y el Gran Salón, a la derecha, al cual se accede desde el patio interior.
Para acceder al patio interior, atravesarás un precioso arco.
Desde el patio interior podemos acceder al Gran Salón, la Capilla Real y el Museo Regimental.
Como ves, tiene bastante que ver. Nosotros estuvimos 3 horas y algunas partes solo pudimos verlas muy de pasada.
Criptas del Castillo
Las Criptas o Bóvedas del Castillo (Palace Vaults) es un lugar imprescindible que debes visitar si vas con niños. Hay un montón de exposiciones interactivas, en las que los niños podrán probar instrumentos de música medievales o disfrazarse de personajes medievales. ¡Mi hijo estaba entusiasmado con su disfraz de caballero! Es interesante, por lo que si tienes tiempo, te lo recomiendo aunque no vayas con niños. Desde el inicio de las bóvedas se accede al Palacio Real.
El Palacio Real
El Palacio Real fue construido en 1540 por orden del rey Jacobo V, que pretendía impresionar a su esposa María de Guisa, madre de María Estuardo, y ¡estoy segura de que lo consiguió! Es un palacio renacentista, de inspiración francesa, con una lujosa decoración, siendo uno de los más bellos que he visto. Su fachada exterior está decorada con gárgolas y muchos más elementos decorativos. En el interior, puedes ver los apartamentos del rey y de la reina, que han sido restaurados para intentar devolverles un aspecto lo más fiel a cómo eran en su época. Las estancias son preciosas, con elementos decorativos muy coloridos, y acompañados por intérpretes disfrazados que tratan de lograr una mayor ambientación de la época. Aquí, podéis ver un trovador que estaba tocando en el dormitorio de la reina.
Además de esta estancia, que a mí me volvió loca, otras habitaciones que destacan son el Salón de la Reina y el Salón del Rey. En el Salón de la Reina, se hallan un conjunto de siete tapices hechos a manos basados en la serie del Rapto del Unicornio (el unicornio es el símbolo de la casa real escocesa), que se crearon en el siglo XVI, habiendo costado los actuales que vemos expuestos 2 millones de libras.
En el Salón del Rey no puedes perderte las réplicas de las Stirling Heads que decoran el techo de la estancia. Te cuento más sobre ellas en el siguiente epígrafe de la Galería de las Cabezas, ya que allí se encuentran las originales.
La Galería de las Cabezas
Saliendo del Palacio, accedemos a la Galería de las Cabezas, un lugar donde se exponen las originales Stirling Heads. Son unos medallones tallados en madera de roble del siglo XVI, que representaban a reyes escoceses, personajes bíblicos, mitológicos o emperadores romanos.
Formaban parte del techo del Palacio Real, pero fueron arrancados en el siglo XVIII y parte se perdieron, pero los que se han podido recuperar, se exponen en esta galería. Allí, encontramos también un precioso retablo.
El Gran Salón
Terminado para Jacobo IV en 1503, es el salón de banquetes medieval más grande de Escocia. Contaba con cinco chimeneas y cuatro escaleras de caracol. Aquí se hicieron grandes celebraciones, como los nacimientos o coronaciones de los reyes.
La Capilla Real
Esta diáfana y sencilla capilla fue mandada construir por Jacobo VI para el bautizo de su heredero, terminándose de construir en 1594. Tiene un precioso friso en madera que hace que pese a su sencillez, sea una capilla refinada y elegante.
El Museo Regimental
Al lado de la capilla, se encuentra este museo militar. A nosotros no nos interesaba especialmente y no teníamos mucho tiempo, por lo que lo vimos solo de pasada, pero parecía más interesante de lo que a priori me daba la impresión. Para mí, lo más interesante era la colección de uniformes militares.
Las Grandes Cocinas
Volviendo al patio exterior, entramos en las cocinas donde está recreado de una manera espectacular cómo se preparaba un banquete medieval.
Y hasta aquí, la visita al recinto del castillo, pero en el precio de la entrada está incluido el acceso al Argyll’s Lodging, un ejemplo de casa renacentista que se preparaba para recibir a los invitados reales. Su visita solo puede hacerse con visita guiada.
¿Quieres saber qué más vimos ese día? Mira nuestro Día 7 de ruta por Escocia: Stirling y Palacio de Linlithgow
Ver la Guía de viaje de Escocia